16 de junio de 1598.- Puerto Rico. Piratería Inglesa en el Caribe español: 23 barcos y 2.130 piratas ingleses dirigidos por el III conde de Cumberland (admirador secreto de Sir Francis Drake) asaltan la ciudad de San Juan, logrando la rendición del gobernador español Antonio de Mosquera. Saquean la ciudad y maltratan de palabra y obra a todos aquellos que no solicitan “Parlamento”. Estos perros corsarios Hooligans financiados por la corona británica se pirarán hacia la pérfida Albión, ahítos de ron y oro español, el 27 de agosto del presente.
28 de junio de 1598.- Flandes. Flamenco cartográfico y geografiado: Muere Abraham Ortelius, más conocido entre sus coleguis como “Oertel”, cartógrafo y geógrafo flamenco. ¡¡Nonainonai... Lolaino!!. Una pena mora... Una gran pérdida. ¡Y cómo se arrancaba por soleás!
George Clifford III conde de Cumberland, un cabronazo con pintas. El parche se lo he puesto yo, para que quede patente (de corso) su condición verdadera. |
28 de junio de 1598.- Flandes. Flamenco cartográfico y geografiado: Muere Abraham Ortelius, más conocido entre sus coleguis como “Oertel”, cartógrafo y geógrafo flamenco. ¡¡Nonainonai... Lolaino!!. Una pena mora... Una gran pérdida. ¡Y cómo se arrancaba por soleás!
30 de junio de 1598.- España: Felipe II, en contra del consejo de sus médicos, se traslada a El Escorial, sin duda previendo el final de sus días. Debido a que el traqueteo de los carruajes resulta demasiado duro para sus articulaciones, llenas de cristales de ácido úrico, debe ser trasladado en una litera llevada a hombros en andas, como en las procesiones de Semana Santa, con sumo cuidado y lentitud, bajo un sol abrasador y en medio del comienzo de una plaga de peste bubónica que durará cuatro años. La comitiva tarda seis días en llegar a El Escorial desde Madrid, el 5 de julio. Una vez allí, su salud empeora en los próximos dos meses, con grandes dolores (no soporta ni el roce de las sábanas) y llagas y úlceras que supuran pus sin parar, y que son sajadas sin anestesia. A pesar de todo, visita todas las dependencias del edificio una por una, como viéndolas por última vez antes de encerrarse en su cámara, y continúa trabajando desde su litera, departiendo diariamente con su privado, Cristóbal de Moura. ¡No "semos" "naide"!
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