domingo, 13 de septiembre de 2015

MAYO de 1605



4 de mayo de 1605.- Italia. Szienci Infusi qui avanti barbaritá: Muere Ulises Aldrovandi, naturalista y botánico italiano.


Ulises Aldrovandi


7 de mayo de 1605.- Rusia. Iglesia: Nace el patriarca de la iglesia rusa ortodoxa, Nikita Nikon.

8 de mayo de 1605.- Literatura. Vida de Lope: Es bautizada en la Iglesia de la Magdalena, en Toledo, Marcela, hija de Lope de Vega y Micaela Luján. Es registrada como «hija de padres no conocidos». Fue padrino el poeta Martín Chacón. La bautizó el padre José de Valdivielso, poeta también.

16 de mayo de 1605.- Italia. Vaticano. Habemus Papam: Camilo Borghese, alias Pablo V, nombrado 233º Papa tras fallecer León XI, que a su vez había sido nombrado Papa tras fallecer Clemente VIII. Los Papas caen como moscas este año.

Principio del pontificado de Pablo V (acabaría en 1621). Nada más tomar el poder manda a tomar por culo del Vaticano a todos los arzobispos y obispos trepas que permanecen allí tocándose las pelotas y lamiendo culo y polla de su superiores en lugar de residir en sus diócesis y atender a los parroquianos. ¡Pero coooño! Después de echarlos, pone a los suyos, que hacen lo mismo.




26 de mayo de 1605.- Visita Inglesa: Entra en la Corte española la embajada enviada por Jacobo I de Inglaterra, presidida por el conde de Nottingham, acompañado por un séquito de más de 500 personas. Pocas semanas más tarde también hace acto de presencia la embajada de Enrique IV de Francia, lo cual provoca un encadenamiento de celebraciones. ¡Que no falten canapiés!

Se tira la casa por la ventana para celebrar el bautizo real. Un soneto, que unos eruditos atribuyen a Cervantes y otros a Góngora, refleja como festejó la Corte en Valladolid el bautizo del heredero de Felipe III, Felipe Dominico Víctor de la Cruz, futuro Felipe IV. Coincidió con el evento la llegada del embajador de Inglaterra, que venía a firmar la paz con España, y se le quiso deslumbrar. 

Parió la Reina; el luterano vino 
con seiscientos herejes y herejías; 
gastamos un millón en quince días 
en darles joyas, hospedaje y vino. 

Hicimos un alarde o desatino, 
y unas fiestas que fueron tropelías, 
al ánglico legado y sus espías 
del que juró la paz sobre Calvino. 

Bautizamos al niño Dominico, 
que nació para serlo en las Españas; 
Hicimos un sarao de encantamento; 

Quedamos pobres, fue Lutero rico; 
Mandáronse escribir estas hazañas 
a don Quijote, a Sancho y su jumento. 

Finales de mayo de 1605.- Valladolid y Toledo. Fiestas: Se celebran en Toledo las fiestas por el nacimiento del príncipe de Asturias (luego Felipe IV). Lope, por encargo del Ayuntamiento, organiza y preside una justa poética. Luego publica una "relación de las fiestas", que aparece en Madrid ese mismo año.

Lope escribe la comedia "La noche toledana" con motivo del bautizo real y las posteriores celebraciones. Se celebra en Toledo, con motivo del natalicio, una “Academia” o justa poética, que preside el omnipresente Lope de Vega.

El mismo acontecimiento es recogido por Cervantes en su novela ejemplar “La Gitanilla”, cuando la protagonista canta su “hit” “Si me dan cuatro cuartos” un romance: 
Salió a misa de parida/ la mayor reina de Europa...”. Aquí también se refleja el lujo derrochado: “Milán con sus ricas telas/ allí va en vista curiosa;/ las Indias con sus diamantes,/ y Arabia con sus aromas”.

Infanta Ana de Austria de niñarda. Al fondo, la bella Plaza Mayor de Valladolid


El “sarao de encantamento” con el que culminaron 17 días de fiestas, se celebró en un salón del Palacio Real de Valladolid, adornado con pinturas de Carducho y la soberbia serie de tapices llamada “de Túnez”, de Vermeyen y Pannemaker. Se representó una alegoría en la que la infantita Ana Mauricia, de cinco añitos, y seis meninas (niñas nobles de la Corte) encarnaban a las virtudes; luego hubo baile.

Tampoco se descuidaron los aspectos religiosos en el bautizo de Felipe IV: desde el castillo familiar de los Guzmanes, en Caleruega (Burgos), se trajo la pila donde había sido cristianado Santo Domingo de Guzmán, el famoso fundador de la Orden de Predicadores. Era una innovación, pero inmediatamente se convirtió en una tradición, pues desde entonces, los infantes e infantas de la Casa Real española – incluida la infantita Leonor, hija de Felipe VI y Letizia Ortiz – reciben el agua bautismal en esa pila, que se instaló para mayor comodidad de los monarcas, en el convento de Santo Domingo el Real de Madrid. A los de Caleruega no les hizo mucha gracia.




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